Abstract
El propósito del artículo, es comprender cómo a través de la historia y a partir de la definición
de salud como la mera ausencia de enfermedad, diferentes autores y la propia Organización Mundial de la Salud a partir de 1946, en su carta constitucional proponen otra definición y a su vez autores entendidos en la materia incorporan otros elementos
como la afectividad, la emoción, el entorno entre otros; con el objetivo de explicar que la salud humana debe abarcar todas las dimensiones del ser humano (cognitiva, afectiva y motriz). A la vez considerar, por un lado, aspectos relevantes como el entorno y el contexto biológico-sociocultural, y por otro, elementos subyacentes como la emocionalidad, configurando así el término “salud integral”.